Por José Benaglia.
Seguramente en éstos párrafos nada nuevo voy a decir de don José Artigas y sus modos de conducir y gobernar, porque mucho (y bueno) hemos leído y escuchado al respecto. Pero creo que hay un aspecto central de su ideario que tal vez no es muy conocido o difundido: Su especial interés en lo institucional, en la legitimación de las actividades políticas y gubernamentales con los instrumentos jurídicos que las plasmen de modo indubitable, efectivizando los derechos y garantías necesarios para una buena administración y ejercer su control, además de estar destinada a todos los orientales, en especial a los más postergados (aborígenes, negros, mulatos, pobrerío en general).
El llamado “Sistema” por Artigas, como compendio de ideas, proclamas, cartas, proyectos y documentos que constituyen su ideario está expresado en los principios y planes de acción que dictó a sus Secretarios, es un proyecto sistemático con objetivos claros.
El núcleo de esos propósitos enunciados y llevados a cabo en pos de la libertad y la felicidad del pueblo, se reúnen allá por el año 1815 en los principales axiomas que de seguido y resumidamente se detallan:
- Mantener la Banda Oriental libre y unida a las Provincias del Río de la Plata, respetando un sistema federal que contemple las autonomías locales;
- Liberar Montevideo y fundar Purificación como centro de su acción política y administrativa;
- Aplicar un Reglamento Provisorio para el reparto de los campos;
- Organizar la Administración con Justicia y Equidad para todos;
- Promover la educación, con maestros, bibliotecas y enseñanza del cultivo de la tierra;
Preceptos institucionales y democráticos de elevada jerarquía para esos tiempos primigenios de la libertad americana y que sus enemigos jamás reconocerán en un “caudillo bárbaro” como lo calificaban. Si no lo hubieran “uruguayizado” todavía hoy los epígonos de la historia mitrista lo seguirían denostando.
Pero de todo ese cúmulo de intenciones y realizaciones que constituyen el “sistema” quiero detenerme en lo que refiere a priorizar las urgencias del pueblo: Establece la responsabilidad de las autoridades y dispone que se deben satisfacer las necesidades básicas de la población: alimentos, yerba, tabaco y cuerdas para guitarras. Como habrá estado de consustanciado José Artigas con las estrecheces y anhelos populares que exigía, entre otros, se provea uno de los elementos imprescindibles para la distracción y cultura del gauchaje.
Como acotación al margen se puede colegir que en una de esas el Estatuto Provisional de la Provincia de Santa Fe, dado a instancias de uno de los seguidores de Artigas como Estanislao López en 1819 y destinado a darle un marco legal a la recién creada jurisdicción tiene origen o antecedente en la impronta que el Protector de los Pueblos Libres introducía en la órbita de su influencia. El Estatuto los sobrevivió a ambos, ya que rigió hasta 1841.