Por Alfredo Montenegro.
Al presentar su apoyo a la gesta de mayo, en 1811, quedó registrado el andar del oriental por la costa del Paraná.
“El 16 de marzo de 1811 Artigas alcanzó Santa Fe, después de pasar por Rosario”, dice el investigador e historiador bonaerense Eduardo Nocera. Sobre el andar de Don José en los Pagos de los Arroyos, señala que el santafesino Juan Francisco Tarragona registró entonces: “El día 15 de marzo, a las 10 de la mañana llegué a esta ciudad, y en cumplimento de las superiores ordenes de V.E. puse el Tente. Coronel. Don José de Artigas del otro lado del Río Paraná sin la menor novedad junto con los 16 hombres de armas que sacó de esta Capital”.
En las postas del camino a Santa Fe, dicen los investigadores, habría quedado registrado el paso de Artigas y Tarragona, tras dejar Buenos Aires, el 9 de marzo de 1811.
Tarragona, nacido en 1769 en Santa Fe, había estudiado en Córdoba y se dedica al comercio. Fue electo diputado a la Junta Grande, asumió en diciembre de 1810 y era parte del grupo que apoyó a Cornelio Saavedra.
Nocera, autor de Quién es Artigas, disponible ya en versión digital y pronto a ser editado también papel, retoma el relato de Tarragona sobre el paso de Artigas: “El 16 á las 2 de la tarde entró en esta Ciudad (Santa Fe, capital) la División al mando del Tente. Coronel. Don Benito Alvarez, y en el mismo á las 5 de la tarde caminaron los 150 hombres a la otra banda con 2 cartuchos y algunas piedras de chispa. Este Oficial en sus marchas se há conducido con todo el honor qe. corresponde á buen militar. Me dice qe. en esa quedaron 19 hombres supongo qe. escondidos, 4, qe. se han desertado en el camino, 12, enfermos, y unos qe. queda en este hospital de resultas de un golpe, qe, todos componen el numero de 36 hombres de falla. El resto caminó ayer está la cavallada pronta en la otra banda, y estoy persuadido qe su marcha será muy ligera, y qe proporcionará a V.E. la dulce satisfacción de ver realizadas sus intenciones á favor de nuestros hermanos oprimidos pr. los intrusos mandones y déspotas de Montevideo”.
Sobre el paso por Rosario y Santa Fe, Nocera explica que “Artigas no podía cruzar el Río de la Plata a la altura de la Colonia; hubiera sido entregarse a la guardia enemiga”.
Apoyo a la Junta
También el investigador relata que “Artigas pasa a La Bajada (Paraná), luego se dirige a Nogoyá y después a Arroyo de la China, cruza el río Uruguay dirigiéndose a Paysandú en unos lanchones, adonde arriba el 9 de abril, y de allí va a Mercedes, para dos días después arengar a “todos los patriotas caracterizados de la campaña” con la primera proclama independentista dirigida a ellos en nombre de la Junta de Buenos Aires (“que tan dignamente nos regenta”) y del rey Fernando VII (“nuestro amado xefe”): “Unión, caros compatriotas, y estad seguros de la victoria… y tiemblen esos tiranos de haber excitado vuestro enojo, sin advertir, que los americanos del sud, están dispuestos a defender su patria; y a morir antes con honor, que vivir con ignominia en afrentoso cautiverio”. Los tiranos eran “esos genios díscolos opresores de nuestro suelo” que apoyaban al “despótico” Virrey Elío en Montevideo, en contramano del autogobierno porteño.
Artigas, como Ayudante Mayor de Blandengues, ya había llegado a este territorio en 1810, lo que le facilitó el contacto con las autoridades revolucionarias, que conocían sus ideas. Una nota, que remitió el juez comisionado interino de Nogoyá Mariano Aulestia al teniente gobernador de Santa Fe D, Manuel Ruiz, certifica esta posta obligada en el itinerario artiguista: “Participo a V.S. como han llegado a mi casa el Capn. don. José Artigas y dn. Rafael Ortiguera acompañados del Cura de la Colonia don. Josef María Enriqe. de la Peña y un soldado prófugo de la Colonia perteneciente a las tropas de Montevideo de lo qe. doi a V.S. parte pa. su inteligencia cuyos sujetos se dirigen oi 26 pa. hesa solicitando pasar a Bs. As. aponerse a las ordenes de la excelentísima Junta y al mismo tiempo informaron a V.S. pr. estenso de lo acaecido en Montevideo: y por tanto a V.S. ago presente qe. llegaron el 25 a la noche” (Capilla de Nogoyá 26 de Febrero de 1811).
Nocera explica que Artigas se dirigió a Buenos Aires, “cuando deserta al ejercito comandado por españoles en la Banda Oriental y viene a sumarse a Mayo”.
Mientras algunos historiadores hablan de una reunión con Mariano Moreno, Nocera recuerda que Moreno se había embarcado el 24 de enero.
Hacendados con fines de lucro
Sobre la relación con los ricos hacendados del territorio santafesino, señala: “Creo que el interés de los hacendados es el lucro del comercio exterior, en tanto Artigas garantiza autonomía de Buenos Aires, pueden apoyar al artiguismo, porque son pragmáticos, en cuanto a puertos y aduanas”. Y agrega: “Les conviene Artigas porque les da libertad y les asegura lo suyo; cuando eso no lo garantiza, porque cae derrotado o Buenos Aires lo va a enfrentar hasta que lo derrote, y esto se ve en 1815, lo abandonan”,
Por su parte, el investigador uruguayo Alberto Umpiérrez ya nos decía: “Al gobierno porteño le preocupaba la independencia de Santa Fe”. Por ello le ofrecen a Artigas reconocer la independencia de la Provincia Oriental, y también proponen que Entre Ríos y Corrientes decidieran lo que quisieran. Pero con Santa Fe no estaban dispuestos a negociar nada”.
Para el historiador uruguayo, los motivos eran claros: “No era sólo por interés en el puerto de Santa Fe y Rosario, era por el riesgo de que contagiara a Córdoba y de ahí a todo el resto de las provincias. El río Paraná era una buena barrera defensiva para Buenos Aires”.
“La independencia provincial era una «lucha de clases» contra la oligarquía porteña, desde la base de la propiedad terrateniente. En Santa Fe no era tan así, había varios grandes propietarios que eran santafesinos, como el mismo Francisco Candioti, primer gobernador de la provincia al lograr su autonomía”, remarca.
Y resalta que “por eso, en Santa Fe no era tan necesario el Reglamento de Tierras. Para los santafesinos, igual, la cuestión era sacarse de encima la tutela política del centralismo, que en realidad era un saqueo y una humillación permanente”.
Fuente: El Eslabón. Publicada en 14/10/2015 en Redacción Rosario.