Usando los recursos literarios del género novela, Lisi Rodenas escribió sobre la apasionada y también triste vida del caudillo.
La presentación pública se realizó el 14 de septiembre a las 18.30 en la sede de Plaza Jewell, pasaje Gould 865, estuvo a cargo de la periodista Verónica Solina y el doctor Francisco Iturraspe.
El legado del legendario oriental sigue vigente y nos interpela desde el pasado. Latinoamérica sigue sin saldar la inmensa deuda que tiene consigo misma: volver a enfocar su mirada en aquella comunicación intrauterina que tuvieron los pueblos durante la América española y encontrar en ella -sin desdeñar las relaciones en este mundo globalizado- la clave para enfrentar el porvenir.
Apasionada por su personaje, Rodenas afirmó: “En la novela me tomé el atrevimiento de hacerlo hablar, pero al final incluí un Epílogo: Por qué Artigas, que es un breve ensayo. La respuesta inicial que di en este diálogo que mantenemos es justamente un resumen del último párrafo de ese texto. Considero que la tensión entre el puerto y el interior recorre toda la historia argentina, y es la causa de muchas de nuestras desgracias. En un triste momento histórico perdimos el Paraguay, el Alto Perú y, en la que será una horrible fatalidad -ya derrotado y exiliado Artigas en el Paraguay-, se producirá la escisión de la Banda Oriental.
Artigas fue, además, testigo de cómo la apertura exagerada del puerto había arruinado las economías regionales: él aspiraba a un sistema confederado en el que se respetara la soberanía particular de los pueblos, se alentara a sus economías, se pusiera un freno al despotismo militar y se brindara educación a los aborígenes, mestizos y criollos.
Y conviene recordar que en esta patriada se le sumaron los pueblos del Litoral: Santa Fe, Misiones, Corrientes, Entre Ríos y Córdoba. Esa fue la Liga de los Pueblos Libres.